Isaac Ruiz (Lima/Huancayo, 1992) Artista transdisciplinar ganador del primer premio del Segundo Encuentro Nacional de Artes Visuales de Trujillo, en 2018. Ha sido finalista del premio ICPNA de Arte Contemporáneo 2020 y ganador de la sección experimental del Festival de Cine AlEste con su película Materia/l encontrado y/o idea de una casa. En 2019, obtuvo el mismo reconocimiento del festival de cine AlEste con el film No, no me acuerdo; obra que obtuvo una mención honrosa en el Festival Internacional de VideoArte de Buenos Aires, en 2018.
Su trabajo artístico ha sido expuesto en diversas bienales y festivales de arte contemporáneo en Sudamérica y Europa. Cuenta con dos exposiciones individuales tituladas Archivos [penetraciones, volúmenes, detonaciones], en el Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Tres poemas [desborde y márgenes], en El Patio Rojo de la ciudad de Trujillo. En cuanto a su trabajo teórico, ha participado en las dos primeras ediciones del Congreso Internacional de Arte Peruano con las ponencias: Imagen, archivo y sociedad industrial. El arte contemporáneo como agente desestabilizador de nuestros modos de recordar y La subproducción como opción estética en el arte contemporáneo peruano.



Este proyecto recoge dos acciones que fueron ideadas durante el periodo de infección, tratamiento y recuperación de covid-19 por el que pasó el artista. Los trabajos que se muestran consisten en intentar reconfigurar la vida cotidiana invirtiendo los sentidos de “adentro” y “afuera”; así como también pensar, ante la materialización de la fragilidad del cuerpo ante la pandemia, cómo poder dejar extractos de la propia biografía a modo de confesión pidiendo, como gesto de devolución, cumplir ciertas instrucciones específicas para diseminar esa memoria que, ante una posible muerte, pudiera expandirse y no quedar olvidada.

PAISAJES
Acción que consiste en pedir, mediante la escritura de una carta, grabaciones de exteriores que sirvan para llenar el hogar del “afuera” del mundo. Así, por
cada día de tratamiento y recuperación, dentro del hogar se escuchaba el sonido del mar, del cantar de las aves, del tráfico de las avenidas transitadas, el bulliciode la gente. Convirtiendo la casa en un paisaje.

CONFESIONES
A modo de carta, voy diseminando extractos de mi biografía a diferentes personas cercanas pidiéndoles, como gesto de retribución, ejecutar unas instruccionesluego de haber leído la carta.
Esta acción reflexiona sobre si existe la posibilidad de recordar(nos) una vez el
cuerpo haya dejado de resistir, por tanto, cada fragmento de vida entregada se
convierte también en el intento de “repartir partes de la existencia” en personas que sabemos -y confiamos- que harán lo posible por pronunciar nuestro nombre una vez hayamos dejado este mundo.




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